Los caminos del teatro en particular y de la cultura en general no suelen tener atajos. Se toman su tiempo para recorrer distancias y acercan personas en el momento adecuado, cuando las energías puestas en el recorrido confluyen y crean sinergias nuevas.
Todo comenzó hace unos 12 años, aunque ni siquiera nosotros lo supiéramos, pero fue entonces cuando se plantó la semilla que ha aguardado paciente para nacer cuando estuviese preparada. Tras años de cultivo y maceración surgió el limón. Un fruto amarillo brillante, suave al tacto y sabroso en el paladar, lleno de propiedades beneficiosas. Una fruta que ha nacido alimentándose con nutrientes de los cuatro elementos primarios del planeta:
Adriana es el faro que ilumina. Atrae a los barcos a la costa para hacer que lleguen seguros, sienta las bases de las conversaciones, hace pensar con sus reflexiones, da forma a las ideas con su experiencia y su cordura impone, pero su abierta y sincera sonrisa hace que todo sea fácil. Adriana es la Tierra.
Saray conoce como nadie los entresijos del mundo. Ha trabajado con los mejores, ha viajado acompañando a las nubes, ha soñado con danzar sin gravedad. Es a veces dispersa, perdida en ensoñaciones que sólo ella conoce, pero es brillante, nítidamente genial. Saray es el Aire.
Laura es un barco de papel, aparentemente frágil, pero sólo aparentemente, porque es decidida y valiente como un rompehielos, tiene muy claro cual es su rumbo, y su ilusión y sus ganas son enteramente contagiosas. Laura lleva dentro la luz y el frescor del amanecer. Laura es el Agua.
Sergio es un soñador que arde en su propia ebullición. Siempre hacia delante si cree en algo, aunque no deje de tropezarse. Cree sobre todo en las personas y se quema por ellas. Sergio es el Fuego.
Estos cuatro elementos han dado forma a un árbol perenne de flores blancas del cual nace nuestro limón. Un limón que va creciendo poco a poco, tomando forma en interminables reuniones de trabajo, planteando retos, marcándose objetivos, buscando su lugar… Es un limón que huele bien, huele a fresco y ha venido para quedarse.
Sergio Díaz